Ya estaba acostado como cada noche, decidí que aún no tenía
tanto sueño y salí a mirar un poco el cielo. A soñar despierto. Teniendo a mis
confidentes habituales en el mismo lugar y con su mismo brillo, después de
pronunciar su nombre, suspirar y sonreír.
Me surgió una pregunta.
¿Cuantas
historias habrá en el cielo?
¿Cuantos libros de amor y desamor podría escribir?
¿Cuáles son los motivos por los cuales los hombres y mujeres miramos hacia
arriba y hablamos con el universo?
Cada estrella podría ser un sueño y me
imagino la magia sin igual que estas tienen. Aparecen cada atardecer y se acentúan
con la noche. Dan paso a un desfile de buenos y malos momentos en nuestros días
y al final cuando el amanecer se presenta hacen acto de desaparición.
Brillo,
destello, luz, esperanza, amor, sonrisas, alegrías, felicidad, sollozos, llanto,
tristeza, obscuridad, amargura, miedo.
Deje de escribir...
Pasaron
10min mis ojos cerrados y solo silencio.
Brisa nocturna, grillos, un gato a lo
lejos. Abro mis ojos y ellas siguen ahí, esperando que siga contando mi
historia, que les diga que mis sueños son tan grandes como su lejanía y que no
hay nada ni nadie en el mundo que detenga mi búsqueda constante por ser feliz.
Sonríen
y brillan con mayor intensidad. Son cómplices de mis anhelos y testigos de mis
letras. Disfruto de escribir, letras dedicadas a la naturaleza perceptiva del
arte de unir letras para dar sentido a una oración. Majestuosidad imponente de
las palabras conjuntas que significan más que el mismo conjunto de estrellas en
el cielo cuando te digo TE QUIERO.
Esta es mi forma de hacerlo, la que más me
gusta y la más sincera. Con mis letras y mis amigas celestiales. Hoy hablamos
de ti. Sonrieron y sonreí. Destellaron su brillo y creí por un momento que lo
hicieron por ti! Podría escribir toda la noche.
Suspiro y sonrió. Siempre es así.
Pienso lo mismo que NERUDA En un beso sabrás lo que callo y escribo muchas veces.
Mira las estrellas y sabrás que ellas estarán ahí!